“Nos esforzamos mucho en establecer metas, imaginamos como será nuestro futuro, el de nuestra organización y entorno en los próximos meses y años.” A nivel profesional, personal, social, económico, etc. la ilusión por alcanzar nuevas marcas es el motor que nos hace avanzar hacia nuestro destino y recorrer sendas muchas veces inimaginables.
Todo ello será posible (o al menos acercarnos al máximo) si disponemos de un Plan, en el que detallemos los hitos importantes a alcanzar a nivel temporal, de manera que podamos ver los avances y celebrar los éxitos.
UNA META SIN UN PLAN ES SIMPLEMENTE UN DESEO, todos anhelamos crecer, ser mejores, desarrollarnos, emprender y ello significa que debemos seguir unas pautas (simples) para alcanzar dichas metas:
- Establecer una meta realista, y que a su vez requiera un punto de esfuerzo.
- Asignarle una dedicación o recurso
- Aplicar un calendario con metas intermedias
- Elaborar un plan de acción
- Comunicarlo al equipo
- Analizar y gestionar su progreso
- Actuar y corregir las posibles desviaciones
- Reconocer y celebrar los logros alcanzados por el equipo
Con tan sólo el primer paso, ya estamos más cerca del objetivo, y así repetidamente hasta alcanzarlo. Una vez iniciado, siempre la distancia será más corta.
Una meta sin un plan, será simplemente eso, un DESEO. Dotarlo de acciones, recursos y un calendario es el complejo y arriesgado ejercicio a realizar por los directivos para transformar deseos en realidades, para aumentar nuestra competitividad y sostenibilidad garantizando el futuro de nuestras organizaciones.