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Planificación financiera
y tesorería

Planificación financiera

La planificación financiera es una pieza clave a la que muchas veces no se le da la suficiente importancia aunque es la segunda causa, si no la primera, de la muerte de las empresas.

Es esencial tanto en épocas de crecimiento, para evitar una de las causas de la “muerte por éxito”, como en épocas de crisis, para solucionar las necesidades de financiación de la empresa.

Se encuadra dentro de la planificación estratégica de la compañía y tiene como objetivo principal el análisis y solución de los flujos de caja a medio y largo plazo, es decir entre 1 y 3 años, sin entrar en precisar períodos inferiores (como los mensuales, semanales o diarios) que se recogen más adecuadamente dentro de las planificaciones de tesorería.

En épocas de crecimiento se tiene que tener en cuenta tanto las necesidades financieras para inversiones en activos como en el circulante, que es el dinero que hemos de tener en circulación para hacer funcionar el negocio. En estos períodos, las necesidades de circulante aumentan y son muy importantes ya que se tiene que prefinanciar el incremento de compras; stocks; producciones y subcontratas de los incrementos de ventas que se cobrarán en el futuro.

En épocas de contracción del mercado o crisis hemos de tener claro cuál es el impacto en la tesorería. La reducción del volumen de negocio implica unas menores ventas e ingresos y muchas veces un alargamiento de los plazos de pago de nuestros clientes lo que implica una menor disponibilidad de dinero para financiar un negocio que además pide mayores plazos de financiación.

La planificación financiera se centra en grandes masas patrimoniales que deben mantener su consistencia a lo largo del tiempo:

Necesidades de financiación. Qué activos se deberán comprar o enajenar. Que circulante se necesitará.

Fuentes de financiación. Las generadas por los resultados del propio negocio; la variación del circulante; la política de dividendos; el nivel de endeudamiento a corto plazo (pólizas y préstamos a corto); el endeudamiento a largo plazo (préstamos a largo plazo); ampliaciones de capital; préstamos participativos e, inclusive, operaciones de las llamadas fuera de balance como Sale & Leaseback y otras.

Una correcta planificación financiera en épocas de crecimiento asegura que las necesidades de financiación a grandes cifras están resueltas o si las disponibilidades de financiación son limitadas poder fijar la tasa de crecimiento a valores sostenibles. En épocas de decrecimiento permite conocer, anticipadamente, las necesidades de financiación, ajustar la estructura de financiación de la compañía y realizar mejores negociaciones con los bancos, al no estar presionados por unas necesidades inmediatas.

Planificación financiera

Tesorería

El Plan de Tesorería debe incluirse dentro de la operativa de la compañía como una herramienta básica y habitual. Tiene como objetivo principal asegurar los flujos de caja a corto plazo, es decir, inferior al año entrando en períodos menores como mensuales, semanales y diarios, si fuera necesario. Para plazos superiores al año, es más adecuado y complementario realizar la Planificación Financiera de la compañía.

A tener en cuenta al hablar de Planes de Tesorería:

Una consideración importante es que, los resultados de la compañía y la tesorería, pueden tener relación en un período más o menos largo, pero a corto plazo no tienen una clara relación directa. Utilizar los resultados que proporciona la contabilidad para establecer la tesorería del próximo mes puede inducir a peligrosas conclusiones.

Un punto destacable antes de empezar el Plan de Tesorería es el período mínimo a contemplar. Si bien, en muchos casos el mes puede ser una buena referencia, se pueden dar circunstancias en que los picos de tesorería dentro del ciclo sean muy relevantes. Ello puede suceder, por ejemplo cuando el día de pago de la compañía sea anterior al día de pago de los clientes. En estos casos sucede que la compañía realiza los pagos en un día determinado, por ejemplo, pagos a proveedores el día 20 de cada mes y nóminas el 25 y los clientes realicen los pagos posteriormente, por ejemplo, el día 28. Esta situación hace que, entre los días 25 a 28, se genere el pico más bajo de tesorería mensual pudiendo aparecer, incluso, descubiertos que no se reflejan en la situación de tesorería de fin de mes.

Otro punto a tener en cuenta es que el Plan de Tesorería es una herramienta que, para dar buenos resultados, necesita ser actualizada con frecuencia requiriéndose más cuanto menor sea la liquidez. La principal causa reside en que, gran parte de los movimientos están fuera del control de la compañía. Por ejemplo, podemos colocar los abonos de los clientes cuyo retraso reduce el saldo disponible lo que puede llegar a bloquear los pagos previstos y requerir su replanificación.

Tipos de movimientos a considerar en un Plan de Tesorería

Los Planes de Tesorería se elaboran mediante tres tipos de movimientos: los previsionales, los estimativos y los reales, tanto para entradas como para salidas de caja.

Los Previsionales son los previsibles, en fecha e importe, que se generan por alguna acción de la compañía, como puede ser el cursar un pedido a un proveedor. En el momento que se tramita una demanda, y teniendo en cuenta las condiciones de entrega y pago acordadas con el proveedor, la compañía puede prever el importe y la fecha de liquidación.

Los Estimativos son los que pueden estimarse con cierta aproximación. Por ejemplo, los gastos mensuales de los consumibles de la oficina o la factura de la electricidad.

Los Reales son los constatados por los movimientos realizados en las cuentas bancarias y de caja.

Fijando en detalle los importes y fechas de todos ellos, y partiendo de saldos iniciales, se puede establecer los sucesivos saldos permitiendo elaborar las previsiones de tesorería.

En los períodos que las previsiones indiquen excedentes de caja se podrán plantear imposiciones temporales de dichos excedentes.

En los momentos que las previsiones indiquen necesidades de caja se deberá plantear movimientos entre cuentas; negociación de pólizas de crédito o créditos con entidades bancarias y revisar, ajustar o renegociar condiciones, tanto de cobro como de pago.

Automatización

Por la cantidad de trabajo que se puede ahorrar es interesante tener, más o menos automatizado, el proceso de elaboración y revisión del Plan de Tesorería. Es conveniente englobar conexiones con otras aplicaciones, como el ERP y la contabilidad, que actualicen de forma automática los movimientos previsionales y, también, con sistemas de descarga de extractos bancarios que actualicen los movimientos reales y saldos. Con ello se tendrá solucionada la parte de mayor carga de trabajo y se podrá centrar la atención en el análisis y optimización de los flujos de caja.

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