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Corporate M&A

Venta de empresas

Cuándo es conveniente plantearse una venta

Esta es una pregunta habitual cuando se espera un cambio importante en la trayectoria profesional o de la empresa, ya sea porqué los resultados están mejorando; porqué están empeorando o porqué aparece una oferta de compra de nuestra empresa de allegados o de la competencia.

Hay diferentes métodos de valoración de empresas, todos ellos aceptables, y con algún sesgo según la evolución de los resultados, tanto pasados como futuros, y del mercado. Lo que es importante tener en cuenta es que la valoración de la empresa no da una cifra exacta sino un rango de valores razonables aplicable a las circunstancias del momento.

También se tiene que considerar que el verdadero valor será el que el comprador finalmente pague por ella. En éste influyen tanto las condiciones del vendedor como las del comprador y la situación del mercado, por lo que el valor final lo dará el inherente a la empresa más lo bien que se pueda seleccionar la cartera de los compradores potenciales y las negociaciones que se lleven a cabo.

Cuándo es el mejor momento para vender una empresa

Cuándo es el mejor momento para vender

La mejor manera de responder a esta pregunta es planteándosela, además de la opuesta: ¿Cuándo no es el mejor momento para vender? Si bien, lo más normal es pensar en la venta cuando las cosas van mal, los resultados no son buenos o hay pérdidas, nos deberíamos colocar en el lado del posible comprador y preguntarnos:

¿Para qué quiero yo una compañía con pérdidas?

Ya que la empresa está en esta situación ¿fuerzo la negociación para ver hasta dónde están dispuestos a bajar el precio?

¿Les tengo que pagar por una compañía con pérdidas?

¿No les podría, incluso, pedir dinero para comprar su empresa?

Con estas preguntas, lo que pretendemos mostrar es que, cuando las cosas van mal, no es el mejor momento para la venta. En estas circunstancias, nuestra clara recomendación es realizar un plan de mejoras de la compañía y, así, que sea más atractiva para los compradores. El beneficio de estas acciones suele multiplicar varias veces su esfuerzo. El momento de vender una empresa, muchas veces, no depende tanto de la situación de la compañía sino de la estrategia que se esté realizando y de la alternativa de oportunidad. Como ejemplo, ponemos el caso de una empresa que genera unos beneficios sobre inversión del 17% teniendo la elección de invertir en otro sector cuyo rendimiento sea de un 33% pero que no se disponga de dinero suficiente para realizarlo, por tanto, se tome la decisión de venta de la empresa para financiar la nueva inversión.

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