Estrategia empresarial
Planificación estratégica
La competitividad actual obliga a una permanente vigilia y una constante alineación de la empresa con el mercado. Sólo las mejores y más competitivas aseguran su supervivencia a largo plazo. Ello implica que, no sólo hemos de dar soluciones al día a día, sino que hemos de tener una visión más amplia y realizar un planteamiento de empresa a largo plazo coordinado con el corto plazo: el denominado proceso de Planificación Estratégica, el cual suelen estar compuesto por tres fases: definición, implantación y seguimiento.
Definición. Para conseguir una posición en el mercado y obtener resultados de ello, es necesario conocer y potenciar a largo plazo La ventaja competitiva diferencial de la compañía frente a los competidores (que nos diferencia de los demás y, por ello, el mercado está dispuesto a pagar mas). La metodología habitual para ello es el Business Plan o Plan de Empresa.
Implantación. La definición inicial o la revisión periódica de la estrategia implica cambios en la organización, a veces importantes, a veces urgentes. Teniendo en cuenta que las organizaciones tienen inercias, más cuanto mayor y más antigua es la organización, deberemos clarificar, plantear y montar toda la cronología de cambios necesaria para llevarla a cabo normalmente realizando una separación entre corto plazo (el ejercicio) y largo plazo (para los tres o cinco próximos años) ya que el corto plazo comporta un control a mayor detalle.
Normalmente, ello implica tener una lista de acciones: Qué, Quién, Cuando. En los casos de acciones encadenadas, en que algunas no pueden empezar hasta haber iniciado o finalizado otras, se tiene que tener presente que el retraso de una represente el retraso de todo el proceso. En estos casos, es importante utilizar herramientas de ayuda como PERTs y control por Camino Critico para asegurar la consecución de objetivos en los plazos previstos.
La estrategia en si es hacer el mejor planteamiento de la mejor manera para optimizar los resultados totales a largo plazo. Si bien ello está claro, no es tan visible en el día a día, para los que no han participado en su definición o para los que, por su ámbito de acción, no pueden tener una visión completa de la compañía. Para poder tener unas referencias de los objetivos a conseguir en cada ámbito de la compañía se plantea el Cuadro de Mando Integral. Este contiene los indicadores clave de gestión que se tienen que conseguir en cada área de la compañía y en cada período para asegurar la correcta consecución de la estrategia.
Se tiene que tener en cuenta que, siempre, se debe gestionar el cambio de la organización tanto más cuanto mayor es la organización y el alcance de los cambios. Esta gestión del cambio tiene cuatro puntos clave para asegurar su éxito: personas, organización, sistemas y procesos.
Como resumen, los puntos clave son:
- La definición de la estratégica reflejada en el Business Plan
- La definición detallada del PERT o cadena de acciones a realizar (Qué, Quién, Cuando)
- Preparación del Cuadro de Mando Integral
- Preparación de la Gestión del Cambio
Seguimiento: Cuando hablamos de estrategia, los problemas más comunes de las empresas son la falta generalizada de planificación estratégica y, dentro de las que realizan la planificación estratégica, la falta de una correcta o completa implantación. Por ello una vez definida la estrategia, es muy importante no quedarse sólo en su definición sino implantar un modelo de seguimiento permanente de los indicadores clave de gestión (reales, previstos, desviaciones) incluidos en el Cuadro de Mando Integral y el seguimiento del avance de las acciones fijadas a través del PERT.